La vitamina D es una vitamina liposoluble que desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud general. Es esencial para la absorción del calcio y el fosfato, fundamentales para unos huesos y dientes fuertes. También contribuye a la función inmunitaria, la función muscular y el crecimiento celular. La falta de suficiente vitamina D puede provocar trastornos óseos y otros problemas de salud.

El cuerpo produce vitamina D de forma natural cuando se expone a la luz solar (rayos UVB). Las fuentes dietéticas incluyen pescados grasos (salmón, caballa, atún), aceites de hígado de pescado y alimentos enriquecidos como leche, cereales y zumo de naranja. Algunos suplementos dietéticos también aportan vitamina D.

La vitamina D2 (Ergocalciferol) procede principalmente de fuentes vegetales o levaduras, mientras que la vitamina D3 (Colecalciferol) se produce en la piel tras la exposición al sol y se encuentra en alimentos de origen animal. En general, se considera que la vitamina D3 es más eficaz para aumentar y mantener los niveles de vitamina D en el organismo.

La cantidad diaria recomendada (CDR) varía en función de la edad, el estado de salud y la situación geográfica. Para la mayoría de los adultos, la CDR es de 600-800 UI (unidades internacionales). Sin embargo, algunas personas, especialmente las que tienen carencias o una exposición al sol limitada, pueden necesitar dosis más elevadas. Consulte siempre a un profesional sanitario para obtener recomendaciones personalizadas.

• Los síntomas habituales de la carencia de vitamina D son fatiga, dolor óseo, debilidad muscular, cambios de humor, deterioro de la función inmunitaria y mayor propensión a las infecciones. Una carencia grave puede provocar reblandecimiento óseo, como raquitismo en niños y osteomalacia en adultos.

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Sí, la ingesta excesiva de vitamina D, normalmente a partir de suplementos en dosis elevadas, puede provocar toxicidad por vitamina D (hipervitaminosis D). Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, debilidad, micción frecuente y, en casos graves, problemas renales y dolor óseo debido a los altos niveles de calcio. Es raro obtener demasiada vitamina D sólo con la exposición al sol o los alimentos.

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